Luis Fuenmayor Toro
La Razón, 06/02/11
Es totalmente ridículo, que en el siglo XXI, en un país que se dice revolucionario, se esté discutiendo sobre la pertinencia o utilidad del conocimiento científico, pero lo es más aún, cuando esa discusión tiene que hacerse con el Presidente, con diputados de la Asamblea Nacional y con ministros y otros altos funcionarios. Insólito, que se tenga que hacer con investigadores universitarios del campo “progresista”, como decíamos en el pasado. Cuando entonces discutíamos con funcionarios gubernamentales, nos explicábamos su tozudez en entender una cuestión tan simple por la ignorancia y el bajo nivel intelectual de aquellos gobernantes. ¿Cómo iban a entender el problema, Ciliberto, el policía Izaguirre, Ramos Allup, William Dávila, Bernabé Gutiérrez y varios otros? No eran investigadores, no habían estado cerca de las ciencias; su trabajo estaba en la esfera de la política, que en el país nunca ha sido un campo de alta factura.
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