Rigoberto Lanz
El Nacional, 06/02/11
Que saquemos de la discusión lo que no puede o no debe formar parte de una ley de estudios universitarios.
Queremos discutir de todo, pero sólo algunos asuntos son pertinentes. Hay demasiada materia legislada (y por legislar). Mejor es concentrarse al máximo en pocos asuntos esenciales. Hay otras vías para atender cuestiones operacionales y de gestión (reglamentos, etc.).
Que no nos empeñemos en "ganar" la discusión. Se sabe que finalmente en el texto se dirán unas cosas y no otras, que nada de eso es inocente, que todo está cargado de presuposiciones, intereses y convicciones. Una ley no es la suma de todo eso. Tampoco un simple forcejeo burocrático para inclinar una votación a favor o en contra. Gente de carne y hueso hará su trabajo de "traducir" lo que el debate refleja.
Ese no es un asunto "neutro" ni de mera técnica legislativa.
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