Hugo Beccacece
La Nación, 15/02/11
Es un tesoro que está a la vista de todos, al que estamos tan acostumbrados que ya no lo vemos y al que, por desidia, descuidamos o dañamos. Son los edificios, con frecuencia magníficos, destinados a la educación esparcidos en todo el territorio de la nación: escuelas primarias, colegios secundarios y universidades, en los que se forman la niñez, la adolescencia y la juventud del país. El esplendor de muchas de esas construcciones en la Argentina se debió en buena medida a la visión y al empuje de Domingo Faustino Sarmiento, cuyo bicentenario se celebra hoy. Pero los ejemplos más deslumbrantes de ese acervo no se levantaron durante la presidencia de Sarmiento, sino a partir de la de Julio A. Roca, en 1880. Arquitectura, educación y patrimonio (pamplatina), de Fabio Grementieri y Claudia Shmidt, libro de reciente aparición, auspiciado por Nelly Arrieta de Blaquier, analiza de modo notable, por medio de documentación, planos, fotografías de archivo y actuales (tomadas por el propio Grementieri), el desarrollo de ese aspecto de la historia nacional cuyo origen se remonta a la enseñanza religiosa de los jesuitas en el siglo XVII. Las imágenes del período de mayor florecimiento arquitectónico en el género abarcan desde 1880 hasta la década de 1970, pero con un interés decreciente ya a partir de la década de 1950.
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