Álvaro Carvajal Castro
El PAÍS, 05/02/11
La situación de los jóvenes investigadores españoles es precaria, un oscuro limbo de incertidumbre y abusos laborales. El más reciente ha sido un intolerable recorte del 5% en nuestras nóminas al amparo del real decreto de ajuste presupuestario. Un recorte injusto y discriminatorio, dada la falta de derechos que sufrimos en comparación con otros empleados públicos.
Entre otras muchas cosas, nuestra figura no está adecuadamente reconocida y recogida en los estatutos universitarios o los convenios colectivos. En la Universidad de Salamanca, como en otras universidades como la Complutense de Madrid, nos hemos unido para luchar contra esta situación. Nos enfrentamos a la incomprensión de gran parte de la sociedad, que nos ve como unos privilegiados porque apenas sabe de esta falta de derechos. Bien se encargan las Administraciones de ocultarla tras el velo de la supuesta excelencia investigadora.
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