Fernando Fernández
El Universal, 04/02/11
Invertir en ciencia, tecnología e innovación ("CTI") es un derecho humano igual a todos los otros derechos. Se trata de un derecho "adquirido", como diría Kant. Este derecho de nueva generación se apoya en la experiencia de vida de los científicos e innovadores, quienes requieren de dinero para poder realizar sus proyectos y contribuir al progreso de la humanidad.
El artículo 98 de la Constitución garantiza cualquier esfuerzo en producir CTI. Se trata de una política de Estado dirigida a producir conocimiento. Eso no viene de casualidad a nuestra Carta Magna: la ONU viene impulsando mediante las Metas del Milenio el uso deliberado y sistemático de las herramientas que produce la CTI para salir de la pobreza, el subdesarrollo y la ignorancia seculares.
El artículo 98 de la Constitución garantiza cualquier esfuerzo en producir CTI. Se trata de una política de Estado dirigida a producir conocimiento. Eso no viene de casualidad a nuestra Carta Magna: la ONU viene impulsando mediante las Metas del Milenio el uso deliberado y sistemático de las herramientas que produce la CTI para salir de la pobreza, el subdesarrollo y la ignorancia seculares.
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