Rafael Rangel Aldao
El Universal, 26/02/11
Pareciera que finalmente reacciona esa masa informe e hipergranulada que da cuerpo a nuestra ciencia nacional. Aún resuenan en las paredes del templo el grito de clausura del comisario de turno, ¡lar, utopía o degüello, venceremos! Ante la amenaza cierta de extinción final por el inquisidor, Fuenteovejuna toma forma, y los científicos unen voz y movimiento para retar al comendador.
La fiesta terminó hace tiempo, eso ya lo sabemos todos. Igualmente acabó de pronto aquella melodía loctiana que por más de tres años animó a nuestra exigua congregación, cuya vida creativa en laboratorios y aulas de universidades e institutos de investigación, casi recibe la extremaunción. El hielo está ahí y perforó la proa, sólo que es ahora cuando raudos salen los botes hacia lares más afortunados que éste de aquí.
La fiesta terminó hace tiempo, eso ya lo sabemos todos. Igualmente acabó de pronto aquella melodía loctiana que por más de tres años animó a nuestra exigua congregación, cuya vida creativa en laboratorios y aulas de universidades e institutos de investigación, casi recibe la extremaunción. El hielo está ahí y perforó la proa, sólo que es ahora cuando raudos salen los botes hacia lares más afortunados que éste de aquí.
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