domingo, 21 de noviembre de 2010

Antinuclear

Rigoberto Lanz
El Nacional, 21/11/10


Nota: La instalación de plantas nucleares en el país es un asunto con distintas aristas que ciertamente debe debatirse con la seriedad del caso. Y en esto, por su gran importancia, las universidades también están obligadas a participar activamente, a hacer sentir su voz orientadora. Eleazar Narváez

Antinuclear

"No habrá un ethos ecológico planetario y global y una solidaridad de las almas caritativas y compasivas que salve al mundo y a los seres humanos de caer en el desastre ecológico y en la bulimia del alma en esta era del vacío global, sin una ética del pensamiento creativo y de la acción social".

Enrique Leff: Saber ambiental, p. 387


S
orprende la impavidez con la que se asume la instalación de plantas nucleares en Venezuela. Pareciera que estamos hablando de una procesadora de leche. ¿Dónde queda más de medio siglo de intensos debates, de movimientos socio-políticos que han tenido como bandera la lucha antinuclear? Estamos obligados, pues, a reintroducir un debate cuyas bases y antecedentes deberían estar bien claros.

No digo que haya consenso en un asunto tan sensible. Lo que digo es que hay un límite hacia atrás que no deberíamos recorrer. No se puede partir de cero en esta materia. La agenda está en otra parte.

Los apologetas del "progreso" son los mismos que manipulan la falacia del "desarrollo tecnológico" como un asunto "neutro" y "universal". Antonio De Lisio ha desmontado en su artículo de este mismo espacio las falacias más frecuentes de los tecnócratas frente a la cuestión nuclear. Compañeros como Alex Fergusson, Gustavo Fernández, Edgardo Lander, Francisco Javier Velasco o Elías Capriles han consagrado su vida intelectual a desenmascarar lo que está por detrás del desarrollismo tecnocrático. Precisamente, hay un entorno ideológico que está agazapado en los discursos entusiastas de la tecnología nuclear. La inquietante paradoja que hay en este asunto es que sea justamente un gobierno con perfiles transformadores y un discurso revolucionario el que esté promoviendo la adopción de tecnología nuclear. ¿Ingenuidad, ignorancia, intereses geopolíticos? Sorprende que sea la misma candidez con la que se ensalza el capitalismo salvaje de China disfrazado de "socialismo" cuando la ocasión obliga.
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