Las lecciones de Corea del Sur
Andrés Oppenheimer
abcdigital, Paraguay, 23/11/10
Andrés Oppenheimer
abcdigital, Paraguay, 23/11/10
Cuando los presidentes de Brasil, México y Argentina asistieron a la cumbre del G20 de las mayores economías del mundo, la semana pasada, en Corea del Sur, tendrían que haberse dado una vuelta por el país anfitrión. Podrían haberse enterado de por qué Corea del Sur ha crecido más que sus propios países.
Hace apenas cinco décadas, Corea del Sur tenía un ingreso per cápita de US$ 900 anuales, muchísimo menos que los US$ 5.000 anuales de ingreso per cápita que tenía Argentina, los US$ 2.000 anuales de México y los US$ 1.200 anuales de Brasil. Hoy, Corea del Sur tiene un ingreso per cápita de US$ 28.000 anuales, más del doble de los US$ 13.400 anuales de Argentina, los US$ 13.200 anuales de México o los US$ 10.100 anuales de Brasil.
¿Qué hizo Corea del Sur que no hicieron las naciones latinoamericanas? Existen varias explicaciones, incluido el hecho de que el país asiático no cambió constantemente sus políticas económicas, sostuvo una estrategia de desarrollo basada en las exportaciones, y ha practicado una especie de “capitalismo dirigido” que, según algunos economistas, ayudó a crecer a sus gigantescas multinacionales, tales como Hyundai Motors, Daewoo o Samsung.
Pero prácticamente todo el mundo coincide en que una de las razones principales del crecimiento surcoreano ha sido su obsesión nacional por la educación.
Corea del Sur despegó en la década de 1960, cuando Estados Unidos y Europa redujeron drásticamente su ayuda externa al país, y la economía de Corea del Sur se desplomó. Corea del Sur decidió, entonces, que necesitaba exportar más, y que para ello necesitaba una fuerza laboral calificada.
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