Ex Rector de la UCV
Artículo de opinión en Últimas Noticias, 03/11/10
En 1985, un grupo de líderes profesorales ucevistas fue electo en sus facultades para integrar la directiva de la Asociación de Profesores de la UCV. Desplazaron al liderazgo hasta ese momento existente, el cual no había estado a la altura de las necesidades de los agremiados, quienes sufrían graves dificultades sociales y académicas con motivo de la carencia presupuestaria generada por los gobiernos adeco-copeyanos. Los sectores progresistas de los profesores ucevistas lideraron entonces importantes luchas reivindicativas y académicas ante el acoso gubernamental contra las universidades. Tres años sin aumentos salariales, en medio de una inflación y devaluación monetaria graves, habían depauperado las condiciones de vida de los docentes y deteriorado sus condiciones académicas de trabajo.
Los presupuestos permanecían congelados desde 1982 y las Normas de Homologación de Sueldos eran flagrantemente incumplidas por el gobierno adeco de Jaime Lusinchi. Se acusaba a la universidad de derroche financiero, a su administración de ser una caja negra, de no presentar cuentas de su manejo presupuestario y de ser un Estado dentro del Estado. Esas eran las imputaciones de los adecos blancos de ayer, copiadas fielmente por los adecos rojos de hoy, entre quienes se encuentran fieros luchadores de entonces, algunos tan valientes que se ocultaban detrás de una capucha y se escondían en las instalaciones universitarias, bajo la protección del régimen autonómico. Hoy, estos héroes empujan periodistas y utilizan grupos violentos de choque para disolver asambleas con bombas lacrimógenas y agredir a quienes se les enfrenten, e inmediatamente asumir el papel de víctimas en denuncias ante jueces complacientes.
Los Ciliberto, Ávila Vivas, Ledezma e Izaguirre de ayer se han convertido con facilidad en los Jagua, Moncada, Cabello y Rodríguez Chacín de hoy. Quienes ayer protestaban airadamente por las deudas de homologación, de prestaciones y fideicomiso, de caja de ahorros y seguro HCM, hoy, como apoyan al Gobierno, dirigen sólo su reclamo hacia la universidad y vergonzosamente no exigen el respeto de sus derechos, permitiendo violaciones indignas de los mismos por parte de un gobierno que dice trabajar por la equidad y la justicia.
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