martes, 9 de noviembre de 2010

El nuevo eje de las reformas

Claudio Rama
El Nacional, 09/11/10

D
esde los noventa la región tuvo una oleada reformista educativa basada en la introducción de la evaluación y acreditación, en una etapa marcada por tensiones entre la autonomía y la regulación externa que propendía a dar mayor rendición de cuenta y establecer líneas de base y de mejoramiento de la calidad. Fue un largo ciclo que creó agencias de acreditación de calidad: en su inicio voluntarias, basadas en indicadores de insumos y procesos, de tipo académicas, presenciales, algo burocráticas y cada vez más formales que contribuyeron a crear una cultura de la calidad e iniciar un lento camino de reformas continuas en los sistemas universitarios.

Hoy este camino de las reformas de primera generación está dando paso a una segunda fase que profundiza en los mecanismos de aseguramiento de la calidad a través la evaluación de los resultados mediante exámenes de ingreso y de egreso buscando medir los aprendizajes reales y no la mera evaluación de la enseñanza ; así como por acreditaciones internacionales más rigurosas y objetivas; y de recertificaciones periódicas de competencias con un mayor peso de los colegios profesionales.

Pero al tiempo la región está en los inicios de una segunda generación de reformas universitarias que pone el acento en el currículo por competencias y promueve una nueva articulación entre educación y trabajo. Sea a través de la incorporación de pasantías, competencias genéricas, estudios de casos y modelos de simulación o en movilidad internacional, hay una focalización en el aprendizaje de competencias. Esta reforma enfrenta múltiples resistencias, en tanto es vista con temor por la pérdida de control sobre la dinámica educativa, sumisión a demandas de mercado, lógicas mercantiles, pertinencias globales o inclusión de saberes no profesionales en la formación de grado.

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