Alberto Lovera
Tal Cual, 26/11/10
Tal Cual, 26/11/10
El destino del Programa de Promoción al Investigador (PPI) ha vuelto a estar en el tapete después de muchos meses de indefinición por parte de las autoridades del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Este Programa siempre ha estado signado por la polémica, pero ha demostrado que desde su creación en 1990 que surte efectos positivos sobre el fortalecimiento de la investigación científica y tecnológica venezolana. A lo largo del tiempo se han realizado una serie de modificaciones a su reglamentación que ha permitido irlo perfeccionando.
Muy al contrario de lo que mucha gente piensa el pago de un incentivo económico a los investigadores que, previa evaluación, se hacen acreedores de reconocimiento en sus diversos niveles, es sólo un componente aunque importante de una política de estímulo a la investigación.
La existencia de este programa ha permitido construir una valiosa base de datos que hace posible saber quiénes investigan, en qué campos del conocimiento, en qué instituciones, una información clave para la formulación de planes y programas que apoyen desde este ámbito la atención de los problemas nacionales. Si este Programa se descontinúa se perderá este valioso instrumento, así como la buena iniciativa que se había tomado de articularlo en un Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (ONCTI).
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