viernes, 14 de enero de 2011

Sin ciencia

Rafael Rangel Aldao
El Universal, 15/01/11
Ojalá que los nuevos diputados tomen en cuenta el rol clave de la ciencia en el bienestar y desarrollo del país, aun en esta realidad medieval a la que estamos sometidos tras dos décadas de decadencia institucional. Las necesidades sociales se han vuelto tan básicas, premodernas, que para muchos no es importante que el país se haya quedado sin ciencia.

Al menos tres generaciones de investigadores científicos se han ido al exterior, o fueron obligados a "dejarse de eso" por falta de apoyo, y los pocos que quedan no tienen ni la más mínima probabilidad de subsistencia honorable como académicos, ni como ciudadanos. Tampoco ayudan la más alta inflación del continente, la devaluación y el restringido acceso a divisas.

Para colmo de males, las soluciones que plantean nuestros más egregios cuerpos ilustrados parecen entrampadas en un túnel retrógrado del tiempo que se detiene en la década de los ochenta del siglo XX. Es decir, previo a la Web, al espacio de los flujos, los sistemas complejos, la autoorganización y las redes libres de escala.

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