Gustavo Roosen
El Nacional, 26/01/11
La intención detrás de algunas nuevas leyes, reformas o proyectos de ley no parece ser otra que la de centralizar para entorpecer. Es el caso de la Ley de Reforma Parcial de la Locti Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación, sancionada en diciembre pasado; o el de la Ley de Defensa de la Soberanía Política y Autodeterminación Nacional que cierra la puerta a las posibilidades de financiamiento internacional para las organizaciones no gubernamentales y pone los posibles aportes a la disposición y a la discrecionalidad del poder central; o, también, el proyecto de ley de universidades, finalmente vetado.
La Locti, concebida para impulsar iniciativas en los campos del desarrollo tecnológico, la investigación y la innovación, se convierte ahora en nuevo instrumento para concentrar en una instancia oficial las decisiones sobre una actividad tan compleja, diversa y determinante. Su aplicación había permitido inversiones que contribuyeron a poner de relieve el tema investigación y desarrollo, a estimular iniciativas de las empresas en acción conjunta con investigadores y universidades. Se ganó en capacitación dentro y fuera de las empresas, en patrocinio de programas, en el fomento de esa interacción necesaria entre empresas y universidades.
Reducida la capacidad de selección, las iniciativas de las empresas y de los investigadores deberán alinearse ahora no necesariamente con los grandes fines de la nación, sino con la particular visión de una instancia oficial. Más espacio para las comunas y menos para las empresas, las universidades, academias y centros de investigación y desarrollo privados.
La Locti, concebida para impulsar iniciativas en los campos del desarrollo tecnológico, la investigación y la innovación, se convierte ahora en nuevo instrumento para concentrar en una instancia oficial las decisiones sobre una actividad tan compleja, diversa y determinante. Su aplicación había permitido inversiones que contribuyeron a poner de relieve el tema investigación y desarrollo, a estimular iniciativas de las empresas en acción conjunta con investigadores y universidades. Se ganó en capacitación dentro y fuera de las empresas, en patrocinio de programas, en el fomento de esa interacción necesaria entre empresas y universidades.
Reducida la capacidad de selección, las iniciativas de las empresas y de los investigadores deberán alinearse ahora no necesariamente con los grandes fines de la nación, sino con la particular visión de una instancia oficial. Más espacio para las comunas y menos para las empresas, las universidades, academias y centros de investigación y desarrollo privados.
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