César Villarroel
Últimas Noticias, 25/01/11
La bondad de una ley depende de su pertinencia constitucional; la LEU carece de ella pues pretende (junto a las otras) "refundar el país y contribuir en la construcción del modelo socialista", propósitos estos sin fundamento constitucional.
He ahí el origen de su inconstitucionalidad: haber sustituido la Carta Magna por el Plan de la Nación 2007-2013, cuyo texto no es pertinente con el constitucional o es contrario al mismo. Para que esas pretensiones sean legítimas es necesario que un poder constituyente las soporte.
La LEU puede acordar y orientar los cambios revolucionarios que la Constitución establece: asegurar la universalización y calidad de los estudios universitarios. Lo primero como el ingreso de todos a una educación de calidad, sin más restricciones que lo vocacional y aptitudinal; lo segundo como una calidad integrada por la pertinencia social (investigación y respuesta a los problemas sociales); eficiencia (investigación como práctica esencial de lo universitario); eficacia (generación de conocimientos e innovaciones). Estos son los temas sustantivos y cubren los que antes eran considerados como tales (autonomía y equidad), el resto (pruebas internas o voto paritario) es de coyuntura inmediata.
Se propone un debate que polariza lo ideológico: capitalismo vs socialismo. Esto es un error, sería válido si se votara una constituyente, pero en el caso de la LEU lo que cabe es que ambas posiciones aprovechen los derechos y oportunidades que la Constitución les consagra y permite. No se trata de formar profesionales e investigadores capitalistas o socialistas, sino profesionales e investigadores venezolanos que respeten el pacto social, y cuya ubicación ideológica no les debe ser impuesta por el sistema educativo, y mucho menos por el gobierno de turno.
Debería crearse una comisión integrada por representantes del Gobierno y de las instituciones universitarias (verdadero Estado docente) que genere un anteproyecto de ley que se someta a la consideración de los afectados y a la AN.
El debate sin objetivos suele generar "intercambio de opiniones" en el que cada quien se queda con la suya.
¿Es factible? Difícil, pues si bien la nueva ministra ha generado expectativas, jefe mata ministra y seguirá siendo jefe "aunque tenga cochocho"
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